Actualizando mi perfil de LinkedIn (consejo de Angeles Carsi) he tenido la oportunidad de dar con un debate sobre esta cuestión, que creo tan importante en quienes como una humilde servidora nos dedicamos a este trabajo de la formación. A pesar de que el pasado ya no importa, en él quedaron los imborrables recuerdos de quien mientras me formaba, me animaba a disfrutar del camino. Como docente me preocupa no saber ver y respetar los talentos ajenos, a pesar de que en no pocas ocasiones dichos talentos, los ajenos, pasan por tener la habilidad de invadir los propios, colgándoles los harapos que les sobran. Doy por hecho que todos tenemos talentos innatos y talentos aprendidos, doy por hecho que como docente, mi competencia profesional debe ir en el camino de aprender a verlos, a respetarlos, a estimularlos y a fomentar su crecimiento, en los demás y en una/o misma/o, porque parafraseando a Jean Dolent, una se dedica a la enseñanza también para instruirse.
Tomo prestado del blog de Alberto Sánchez su música, el tema de esta entrada y su libro "Arqueología del Talento", que acabo de adquirir y del que espero aprender mucho.
Gracias Alberto y Ángeles. Feliz semana.
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