viernes, 29 de agosto de 2014

ESTRÉS, REALIDAD, PALABRAS Y EMOCIONES

“El dedo que señala la luna no es la luna”. Buda. Las palabras no son la realidad, solamente apuntan a ella. La sabiduría podría consistir en seguir la dirección que las palabras indican en lugar de quedarse neciamente sólo con las palabras, y esta simple afirmación implica “acción”, no sólo razonamiento.

Hace un tiempo en el blog de Manuel Calvillo, en su entrada “Factorías de ceguera” y hablando de la ceguera atencional leí las siguientes palabras: “Los peces son los últimos en darse cuenta del agua". 

Nuevamente palabras, y la luna a la que apuntan ahora es a la ignorancia del pez que no se da cuenta de la realidad en la que vive sumergido. Apenas sus ojos alcanzan a ver a sus depredadores, a sus presas, el lugar donde refugiarse o la infinitud de algas, rocas, corales, luces o sombras que tiene frente a sí. Pero los peces no son inteligentes. Su falta de raciocinio les impide comprender que el agua es la condición indispensable para su supervivencia, igual el instinto les basta y les sobra para saber permanecer vivos en su medio. La especie humana en cambio sí que es inteligente (¿?), sabe perfectamente distinguir a su depredador, a sus presas, su refugio, sus luces, sus sombras… En la ciudad, el tráfico, las prisas, el teléfono, la niña o el niño, la cartera, el colegio, el trabajo y el jefe o la jefa ¿Cuál es el contexto? ¿Dónde está ese agua tan pegada a nosotros mismos/as, medio indispensable para nuestra superviviencia? ¿Habrá que apelar también a nuestro instinto para saber permanecer (sobreviviendo) en él?

Pues bien, volviendo a la acción del primer párrafo, ¿qué podemos hacer para “conocer la luna” o nuestro propio contexto?. 
Solución A: Pensar en el problema. 
Solución B: No pensar en el problema, ¡A quién le importa la luna y su contexto! ¡Con todo lo que yo tengo que hacer!. 
Solución C: La realidad no es solo lo que se ve o es susceptible de ser descubierto por los cinco sentidos; vista, gusto, tacto, olfato, oído. La realidad también es eso que pasa detrás de nuestros ojos. Emociones. Sentir y no pensar. Al parecer en Oriente han descubierto esta solución C con el medio científico de la intuición pero en Occidente la ciencia solo es ciencia si se mide, constata, prueba, ve, toca o escucha. Científicamente la intuición está siendo validada como herramienta útil para el aprendizaje, el análisis, y la toma de decisiones. 

Y la pregunta final ¿Cuánto hay que sentir para finalmente “estar” y darnos cuenta del contexto? 
Solución A: Mucho. 
Solución B: Sentir ¿qué?. 
Solución C: Sustitúyase en la pregunta el “Cuánto” por “A quién”.

Nos empeñamos en llegar al fondo de las cosas para explicar la realidad pero la realidad se explica una vez hemos llegado al fondo de nosotros mismos.

El curso MBSR es un buen método para acercarnos a esa realidad que no necesita tanto ser juzgada y que permite comprender quién es ese yo que cada quien creemos ser y cuándo darse cuenta de que vivir es solo un asunto de presencia, de que estar en el aquí y el ahora es toda la realidad que verdaderamente existe. Que el tiempo es a la vida como el metro a la distancia, solo una medida.

ADELA MONTALVO GIL.